En América Latina la mayor parte de las cooperativas nacieron a mediados del siglo pasado y, considerando el número de cooperativas que nacieron en esta época, muy pocas son las que sobreviven y podríamos calificar como exitosas.
¿Por qué razón algunas cooperativas han sido más efectiva y han alcanzado exitosamente sus objetivos?
En este contexto adquiere importancia el libro "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva" de Stephen Covey es un libro que habla sobre la importancia de cambiar la percepción que tenemos sobre las situaciones en las que nos encontramos para hacernos responsables de nuestros actos (y de las consecuencias de los mismos), mediante nuevos hábitos.
Al hacerlo, al responsabilizarnos, podemos llegar a ser mucho más efectivos y alcanzar nuestros objetivos con éxito.
Porque… ¿Te has dado cuenta de esto?
En la mayoría de entrevistas a grandes inversores, empresarios y personas de éxito siempre se repite la misma pregunta:
¿Cuál es el secreto del éxito de algunas cooperativas?
Y detrás de esa pregunta siempre viene una respuesta muy similar; una respuesta que se puede simplificar en una sola palabra: hábitos.
Una respuesta que aparentemente parece muy trillada pero, al final, los hábitos son los que marcan la diferencia entre una persona que tiene éxito y una que no, situación que es totalmente válida a nivel de cooperativas.
Las cooperativas tienen un importante papel en el desarrollo de los pueblos y por esa razón considero importante profundizar en este tema; en este artículo, vamos a ver los conceptos más importantes del libro para que juntos exploremos qué actividades, actitudes o acciones debemos llevar a cabo para conseguir ser más efectivos en nuestro día a día y, en definitiva, alcanzar el éxito financiero, sin perder nuestra vocación cooperativa.
Aspectos generales
El libro de “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” se publicó en el 1989 y, a pesar de los años, sigue siendo el libro de negocios más influyente o, al menos, uno de los más valorados dentro de la temática de desarrollo personal.
Son muchas las personas que califican este libro como algo que marcó un antes y un después en sus vidas.
Pero, ¿por qué gusta tanto?
Investiguemos un poco sobre ello.
Al inicio del libro, Covey nos cuenta que la forma en la que vemos el mundo (lo que nos ocurre) se basa en nuestra percepción.
Según desde el ángulo o la perspectiva que miremos las cosas podemos caer en el victimismo y la autocompasión, o podemos responsabilizarnos de la situación.
La primera opción frena nuestro crecimiento, tanto personal como profesional.
Es por ello que a lo largo de todo el libro, el autor nos propone introducir 7 hábitos que nos ayudarán a hacer un cambio a nivel interno; un cambio que nos llevará a modificar esa percepción que tenemos del exterior y convertirnos en una persona altamente efectiva.
¿Cuáles son los 7 hábitos de las personas altamente efectivas?
Covey nos presenta esos hábitos clasificados en 3 apartados distintos:
- El autodominio (o la “victoria privada”): el objetivo de los primeros tres hábitos que nos propone, nos ayuda a pasar de la dependencia a la independencia.
- Trabajo en equipo: del cuarto al sexto hábito desarrollamos la colaboración y las habilidades de comunicación para pasar de la independencia a la interdependencia.
- Crecimiento: con el séptimo hábito buscamos la mejora continua.
Como ya he mencionado, se trata de introducir estos hábitos para cambiar no solo a nivel superficial, sino a un nivel más profundo. Porque un cambio rápido y superficial será siempre efímero.
Parte 1: alcanzar la “victoria privada” o el autodominio
A continuación vamos a hablar de esos hábitos que llevan a una persona a tener autodominio y pasar de ser dependiente de lo que le ocurre, a ser totalmente independiente, es decir, a entender el punto de vista de quienes ya son efectivos en su día a día.
¿Cuáles son esos hábitos?
- Ser proactivo.
- Marcarse un objetivo.
- Aprender a priorizar.
1#. Ser proactivo
Covey nos explica que en la vida podemos encontrarnos ante dos tipos de personas:
- Personas proactivas: aquellas que son capaces de dar respuesta a problemas o temas, incluso antes de que aparezcan.
- Personas reactivas: personas que adoptan posturas pasivas y esperan a que sea el “mundo” que los guíe y/o dé la solución. Son personas que, en vez de anticiparse, reaccionan ante la vida.
Las personas reactivas tienen la creencia de que ellos son la víctima de lo que sucede y que, por lo tanto, el problema es ajeno a ellos, es externo. Al final, esa postura hace que una persona reactiva se sienta siempre fuera de control.
Por el contrario, las personas que son proactivas tienen una gran capacidad de anticipación. Esto les lleva a asumir la responsabilidad, elegir la actitud que tendrán ante cualquier situación y ser completamente independientes.
¿Cómo podemos ser proactivos?
El autor nos cuenta que para ser proactivos debemos enfocarnos en aquellas cosas sobre las que sí podemos hacer algo. De lo contrario, nos anclamos en las preocupaciones que no tienen solución y no avanzamos.
Lo que extraemos de este apartado es que nosotros podemos crear nuestra propia realidad.
Y si extraemos este hábito y lo aplicamos en el campo de la inversión, lo que necesitamos es formarnos para poder ser proactivos en esa área.
2#. Empieza con una finalidad en mente
Los seres humanos siempre vamos en busca de cumplir nuestros sueños. Sin embargo, si no tenemos una meta en mente hacemos las cosas por inercia, y así es muy difícil que lleguemos a ningún lugar.
Por eso es importante hacerse estas preguntas:
- ¿Qué es lo que quiero conseguir?
- ¿Qué pasos tengo que seguir para conseguirlo?
Al marcarnos una meta o un objetivo caminaremos por la vida con un propósito. De este modo nos aseguramos que los pasos que estamos dando nos acercan a la dirección correcta, es por eso que el autor nos propone que nos visualicemos en un momento cercano a nuestra muerte y nos preguntemos: ¿Qué me gustaría haber conseguido o haber hecho?
A nivel de inversión y finanzas marcarse objetivos financieros es esencial e imprescindible.
3#. Prioriza: primero siempre va en primer lugar
Una vez tenemos una finalidad u objetivo en mente, es importante saber priorizar. ¿Cuál será tu siguiente paso?
Para ello, el autor nos propone dividir todas nuestras tareas en 4 bloques:
- Actividades importantes urgentes: proyectos que rozan la fecha límite, crisis, actividades no planificadas. En definitiva, son acciones que debemos atender cuanto antes personalmente. Sin embargo, estas conducen al estrés y al agotamiento. La persona tiene una sensación constante de estar apagando fuegos.
- Actividades importantes y no urgentes: planificación, networking, ejercicio, estudio, crecimiento. Son acciones importantes que a largo plazo nos acercan a nuestras metas. Son cosas que debemos hacer pero que si no están planificadas no las hacemos; de aquí la importancia de ponerles fecha.
- Actividades no importantes y urgentes: interrupciones, emails. Estas actividades podemos delegarlas. Las personas que dedican gran parte de su tiempo a estas acciones se sienten fuera de control y, además, sienten que sus relaciones se han convertido en algo superficial.
- Actividades no importantes y no urgentes: emails irrelevantes, trivialidades, televisión, etc. Son acciones que debemos eliminar porque nos restan un tiempo valioso.
Es muy importante saber diferenciar entre lo urgente y lo importante.
¿Por qué te digo esto? Porque a menudo atendemos tareas que son urgentes, pero que no son importantes y esto hace que no consigamos avanzar hacia nuestro objetivo.
Parte 2: El trabajo en equipo
Dicen que solos podemos ir lejos, pero que si vamos acompañados llegamos mucho antes. Justamente de esto tratan los siguientes hábitos que nos propone Covey, de trabajar en colaboración con otras personas.
De este modo pasamos de la independencia (que conseguimos con los 3 primeros hábitos) a la interdependencia.
En este apartado vamos a hablar de los siguientes hábitos:
- Pensar en el win-win.
- Buscar entender y después ser entendido.
- Generar sinergias.
4#. Piensa en win-win (o ganar-ganar)
Este hábito trata de ir en busca de un beneficio mutuo.
Cuando una persona se focaliza siempre en ganar y no tiene en cuenta a los demás, es habitual que al final el otro salga perdiendo o que no se llegue a ningún acuerdo. Esto hace que nuestras relaciones no sean fructíferas y que nosotros mismos nos veamos penalizados por ello.
Para ello debemos trabajar diariamente:
- La integridad: alinear nuestros actos con nuestros valores.
- La madurez: saber expresar las ideas con un equilibro entre la consideración y el coraje.
- La mentalidad de abundancia: creer que hay abundancia para todos, de lo contrario te quedas la información y el conocimiento para ti, y no compartes lo que hace que no tengas mentalidad expansiva. Por eso es tan importante aprender a desarrollar una mentalidad de abundancia.
Como el mismo autor dice: Para conseguir el win-win, no solo tienes que ser amable, además, tienes que ser valiente
Un claro ejemplo de ello lo encontramos en las inversiones inmobiliarias. Para que una operación rentable salga adelante, debe beneficiar tanto al comprador como al vendedor.
Si apretamos mucho la tuerca, queriendo ganar sin tener en cuenta las necesidades del vendedor, al final el vendedor se negará a vendernos y no podremos sacar ningún partido económico. Ambas partes saldrán perdiendo. Así pues, la clave radica en encontrar ese punto intermedio que permite ganar a ambas partes.
5#. Busca entender y después ser entendido
Este hábito está ligado al anterior.
Si queremos tener relaciones en las que ambas partes ganen, primero tenemos que comprender qué es lo que la otra persona necesita y quiere y, sobre todo, qué significa para ella la palabra “ganar”.
No podemos ofrecer soluciones o proponer acciones si antes no hemos comprendido la profundidad de la situación.
Para ello debemos desarrollar la comunicación empática y aprender a escuchar de forma activa.
Esto es algo que utilizan siempre los grandes empresarios.
6#. Genera sinergias
Cuando tratamos bien a las personas y buscamos el “win-win” conseguimos que nuestra “lista de contactos” crezca. Tendremos a nuestro alcance un listado de personas dispuestas a seguirnos o a ayudarnos cuando lo necesitemos.
Estas sinergias nos permiten, como grupo, encontrar nuevas alternativas y abrirnos a posibilidades.
Esto es muy cierto en el mundo de las cooperativas.
Los intercambios de ideas y/o conocimientos que tengas con otras personas más experimentadas, te pueden hacer descubrir nuevas oportunidades de inversión rentables que, de otra manera, nunca llegarías a conocer.
Parte 3: La mejora continua
Según Covey, para poder seguir mejorando y aplicar todos los hábitos que hemos visto hasta ahora, es necesario introducir el séptimo y último hábito. El de afilar el hacha.
7#. Afila el hacha
Cuando un leñador quiere cortar un árbol, si el hacha no está afilada, no podrá cortarlo.
¿Qué significa esto?
Normalmente, estamos tan enfocados en lo que hacemos que nos olvidamos de algo totalmente importante y necesario.
Debemos dedicar tiempo a recargar energía para poder seguir avanzando.
En este caso, la energía sería el hacha del leñador.
Por eso Covey nos habla de los 4 aspectos que debemos cuidar:
- Físico: hacer ejercicio, alimentarse de forma saludable, dormir las horas necesarias para recuperarse.
- Espiritual: meditar, autoconocerse, leer, escuchar música, etc.
- Mente: estar constantemente formándonos para seguir aprendiendo, explorar nuevas ideas y enseñar a los demás.
Mantener el hacha afilada será la base para poner en práctica el resto de hábitos de los que hemos hablado y la base para conseguir mejores resultados.
De nada sirve tener mucho dinero si no cuidas los demás aspectos de tu vida. Solo con un verdadero equilibrio lograrás la felicidad.